El revestimiento con PVD es realmente bueno por su durabilidad superior, su resistencia a la corrosión y al desgaste y su respeto por el medio ambiente.
Durabilidad y resistencia:
El revestimiento PVD forma un enlace a nivel atómico con el material base, garantizando una adhesión excepcional que impide que el revestimiento se desprenda o desconche. Los materiales utilizados en el revestimiento PVD, como el nitruro de titanio, tienen una gran dureza y resistencia al desgaste, lo que hace que los artículos revestidos sean extremadamente robustos. Esta durabilidad queda patente en ejemplos de la vida real, como las cajas y correas de relojes chapadas en PVD, que conservan su aspecto incluso después de años de uso.Resistencia a la corrosión y al desgaste:
Los revestimientos de PVD ofrecen una resistencia superior a la corrosión y al desgaste en comparación con los métodos de revestimiento tradicionales, como la galvanoplastia. Esto se debe a que el PVD produce un revestimiento más grueso y resistente. Los revestimientos son tan duraderos que prácticamente nunca se necesitan capas protectoras y son cuatro veces más duros que el cromo, lo que los hace resistentes a la corrosión y los arañazos.
Respetuoso con el medio ambiente:
El revestimiento PVD es menos perjudicial para el medio ambiente que las técnicas de revestimiento convencionales, como la galvanoplastia y la pintura. No requiere capas de acabado transparentes que puedan degradarse con el tiempo, lo que reduce el impacto medioambiental.Versatilidad y atractivo estético:
El revestimiento PVD es versátil, ya que permite la deposición de diversos materiales y una amplia gama de colores y acabados. Esta versatilidad se extiende a una gran variedad de sustratos y superficies, lo que lo hace adecuado para numerosas aplicaciones, incluida la joyería. La joyería chapada en PVD, por ejemplo, no sólo ofrece durabilidad, sino también atractivo estético con su gama de colores y acabados.