El trabajo en frío y el trabajo en caliente son dos procesos distintos de trabajo del metal que alteran la forma y las propiedades de los metales.
Trabajo en frío:
El trabajo en frío, también conocido como conformado en frío o forja en frío, es un proceso de conformado de metales que se produce a temperatura ambiente o cercana a ella. Este método mejora la resistencia del metal deformándolo mediante una fuerza de compresión localizada. En la forja en frío, la pieza se coloca entre dos matrices y éstas se golpean hasta que el metal adopta su forma. Este proceso es beneficioso para aumentar la resistencia y dureza del metal sin necesidad de calentarlo. Sin embargo, también puede introducir tensiones internas y endurecer el material, lo que puede requerir tratamientos térmicos posteriores como el recocido o el alivio de tensiones para mejorar la trabajabilidad y la mecanizabilidad.Trabajo en caliente:
El trabajo en caliente implica la deformación de metales a altas temperaturas, normalmente por encima de la temperatura de recristalización del material. Este proceso se utiliza en aplicaciones como los trenes de laminación en caliente, donde grandes piezas de metal, como planchones o palanquillas, se calientan y luego se deforman entre rodillos para formar secciones transversales finas. El trabajo en caliente reduce el tamaño de grano del metal al tiempo que mantiene una microestructura equiaxial debido a la recristalización. Este método es ventajoso por su capacidad para hacer que los metales sean más dúctiles y fáciles de moldear, reduciendo el riesgo de endurecimiento por deformación y las tensiones internas. El trabajo en caliente también se utiliza en procesos como la compactación/sinterización en prensa caliente, donde los polvos metálicos se compactan y sinterizan a altas temperaturas para producir herramientas densas.