El material de crisol más resistente al calor suele ser la magnesia, que tolera temperaturas extremadamente altas. Le siguen cerámicas como la alúmina y la circonia, que también toleran altas temperaturas.
Crisoles de magnesia:
La magnesia, u óxido de magnesio, es conocida por su excepcional resistencia al calor. Puede soportar temperaturas que superan las de muchos otros materiales utilizados en la producción de crisoles. Esto lo hace ideal para operaciones que implican temperaturas extremadamente altas, como las que se encuentran en ciertos procesos metalúrgicos. Los crisoles de magnesia son especialmente útiles en entornos en los que el material que se funde o procesa tiene un punto de fusión muy alto.Crisoles de alúmina y circonio:
La alúmina (óxido de aluminio) y la circonia (dióxido de circonio) también son materiales altamente resistentes al calor que se utilizan habitualmente en la fabricación de crisoles. Son capaces de soportar altas temperaturas y son resistentes al choque térmico, lo que los hace adecuados para procesos que implican ciclos rápidos de calentamiento y enfriamiento. Estos materiales suelen elegirse por su durabilidad y capacidad para mantener la integridad estructural en condiciones extremas.
Crisoles de grafito y carburo de silicio:
Aunque el grafito y el carburo de silicio no son tan resistentes al calor como la magnesia, ofrecen otras ventajas como una alta conductividad térmica y resistencia al choque térmico. Los crisoles de grafito, especialmente los que tienen un alto contenido de carbono y una matriz orientada direccionalmente, son excelentes para aplicaciones de fundición en las que las temperaturas pueden cambiar rápidamente. Los crisoles de carburo de silicio también son muy duraderos y resistentes al choque térmico, por lo que son adecuados para una amplia gama de aplicaciones de alta temperatura.
Consideraciones de selección: