La incineración en seco es una técnica de preparación de muestras utilizada en química analítica para determinar la composición inorgánica de una muestra quemando la materia orgánica y las sustancias volátiles. Este proceso consiste en calentar la muestra en un horno de mufla de alta temperatura, normalmente a temperaturas que oscilan entre 500 y 600 °C, en presencia de aire. Durante este calentamiento, el agua y otros componentes volátiles se vaporizan y la materia orgánica se oxida, dejando tras de sí un residuo de ceniza formado por compuestos inorgánicos incombustibles.
Explicación detallada:
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Calentamiento y combustión: El proceso comienza colocando la muestra en un recipiente adecuado, como cuarzo, pirex, porcelana, acero o platino, y calentándolo en un horno de mufla. La alta temperatura facilita la combustión de los compuestos orgánicos en presencia del oxígeno del aire. Este proceso de combustión convierte la materia orgánica en dióxido de carbono, vapor de agua y gas nitrógeno, que se liberan a la atmósfera.
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Formación de residuos de cenizas: Al quemarse la materia orgánica, los componentes inorgánicos de la muestra, que no son combustibles, quedan como residuo. Estos compuestos inorgánicos suelen convertirse en diversas formas, como sulfatos, fosfatos, cloruros y silicatos, dependiendo de la composición original de la muestra.
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Cálculo del contenido de cenizas: El contenido de cenizas de la muestra se determina comparando el peso de la muestra antes y después del proceso de incineración. La fórmula utilizada para calcular el contenido de cenizas es:
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[\text{Contenido de cenizas} = \frac{M(\text{ceniza})}{M(\text{seco})} \veces 100%.
]donde ( M(\text{ash}) ) es el peso de la muestra después de la ceniza, y ( M(\text{dry}) ) es el peso de la muestra antes de la ceniza. Este cálculo ayuda a cuantificar el contenido inorgánico de la muestra.
Aplicaciones: