La evaporación térmica es una técnica de deposición física en fase vapor (PVD) en la que un material se calienta en un entorno de alto vacío hasta que se vaporiza, y el vapor se deposita sobre un sustrato para formar una película fina. Este método es conocido por su sencillez y eficacia, lo que lo convierte en una opción popular para diversas aplicaciones.
Detalles del proceso:
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Calentamiento del material: El material que se va a evaporar se coloca en un bote resistivo o crisol dentro de una cámara de vacío. Se calienta eléctricamente mediante calentamiento por joule o utilizando como recipiente un material con un punto de fusión más alto. El calentamiento continúa hasta que el material alcanza su punto de evaporación, en el que sus átomos superficiales adquieren suficiente energía para abandonar la superficie.
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Vaporización y deposición: Una vez que el material se vaporiza, las moléculas de vapor viajan a través de la cámara de vacío. El entorno de vacío garantiza que las moléculas puedan moverse sin colisionar con otras partículas, manteniendo su dirección y energía (normalmente menos de 1 eV). La trayectoria libre media en la cámara debe ser mayor que la distancia entre la fuente de evaporación y el sustrato, que suele mantenerse a una presión de 3,0 x 10^-4 Torr o inferior.
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Formación de la película fina: Las moléculas de vapor se depositan sobre un sustrato colocado encima de la fuente. El sustrato puede colocarse a varias distancias, normalmente entre 200 mm y 1 metro. A medida que las moléculas alcanzan el sustrato, se nuclean y forman un recubrimiento de película fina. Este proceso es adecuado para una amplia gama de materiales, incluidos metales como aluminio, plata, níquel y otros.
Aplicaciones y consideraciones:
- Simplicidad y versatilidad: La evaporación térmica es el método preferido por su sencillo funcionamiento y su capacidad para depositar diversos materiales. Es especialmente útil para aplicaciones que requieren revestimientos de película fina sobre sustratos.
- Requisitos de vacío: El entorno de vacío es crucial para evitar colisiones de las moléculas de vapor con otras partículas, garantizando un proceso de deposición limpio y eficaz. La presión en la cámara se mantiene para permitir que la trayectoria libre media supere la distancia al sustrato, optimizando el proceso de deposición.
- Mejoras: En algunas configuraciones, se puede utilizar simultáneamente una fuente de haz de iones para modificar las propiedades de la película depositada, como aumentar su densidad o alterar otras características.
Conclusiones:
La evaporación térmica es una técnica fundamental de PVD que aprovecha los principios de vaporización y condensación para depositar películas finas sobre sustratos. Su sencillez, combinada con la capacidad de trabajar con una gran variedad de materiales, la convierte en un método versátil y muy utilizado en el campo de la ciencia y la ingeniería de materiales.