Elegir el proceso de tratamiento térmico adecuado es crucial para optimizar las propiedades de sus materiales.
Hay que tener en cuenta varios factores para garantizar los mejores resultados.
A continuación le ofrecemos un desglose detallado para ayudarle a tomar una decisión informada.
¿Cómo elegir un proceso de tratamiento térmico? 6 factores clave a tener en cuenta
1. Tipo de material
La elección del proceso de tratamiento térmico depende en gran medida del material a tratar.
Los distintos materiales, como los tipos de acero 52100 y 12L14, requieren tratamientos diferentes en función de su composición química y de las propiedades que presentan.
Por ejemplo, el acero 52100 puede requerir un tratamiento diferente al 12L14 debido a las diferencias en su contenido de carbono y elementos de aleación.
2. Propiedades deseadas
Las propiedades que desee conseguir mediante el tratamiento térmico, como dureza, ductilidad o tenacidad, determinarán el tipo de tratamiento.
Por ejemplo, si se requiere una dureza elevada, pueden ser adecuados procesos como el carburizado o el temple.
Si la ductilidad es más importante, el recocido podría ser el método preferido.
3. Aplicación
El uso específico del material después del tratamiento también influye en la elección del tratamiento térmico.
Si el material se va a utilizar en un entorno de alta tensión, sería necesario un tratamiento que mejore la resistencia y la durabilidad.
Por el contrario, si el material es para uso general donde la flexibilidad es clave, un tratamiento que mejore la ductilidad podría ser más apropiado.
4. Volumen de producción
La escala de producción es otro factor crítico.
Para lotes pequeños, procesos como el templado a la llama pueden resultar económicos al no necesitar utillaje especializado.
Sin embargo, para volúmenes mayores, el tratamiento térmico por inducción podría ser más eficaz por sus tiempos de ciclo rápidos y sus costes de producción potencialmente más bajos.
5. Control de la temperatura y la atmósfera
La temperatura a la que se calienta el material y la atmósfera en la que se trata (inerte o activa) son cruciales.
Estos parámetros se ajustan en función del material y del resultado deseado.
Por ejemplo, pueden emplearse temperaturas altas en el recocido para ablandar el material y temperaturas más bajas en el revenido para reducir la fragilidad tras el endurecimiento.
6. Método de enfriamiento
El método y la velocidad de enfriamiento tras el tratamiento térmico también son importantes.
El enfriamiento puede realizarse en varios medios como gas, sal, aire o aceite, cada uno de los cuales afecta al material de forma diferente.
La elección del método de enfriamiento depende del material y de las propiedades deseadas.
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