Un horno de arco eléctrico se utiliza para producir acero al carbono y acero aleado reciclando chatarra ferrosa. La energía necesaria para fundir la chatarra y calentarla en el horno es de aproximadamente 350 a 370 kilovatios-hora (kWh). Para producir una tonelada de acero en un horno de arco eléctrico, se necesitan aproximadamente 400 kWh por tonelada corta o unos 440 kWh por tonelada. La cantidad mínima teórica de energía necesaria para fundir una tonelada de chatarra de acero es de 300 kWh.
La cantidad de energía necesaria para alimentar el arco depende de la mezcla de chatarra y de su composición. La electricidad se suministra desde transformadores al cuerpo del horno de arco a través de barras colectoras de cobre. Durante el funcionamiento se utilizan electrodos de carbono o grafito, y la longitud del arco en el horno se ajusta automáticamente. Los electrodos gastados se sustituyen constantemente por otros nuevos. El proceso de fusión tiene lugar en un espacio limitado y las paredes del horno están revestidas.
Los hornos de arco eléctrico tienen ventajas en la fabricación de acero, como la posibilidad de reciclar el 100% de la chatarra y la flexibilidad para iniciar y detener el proceso cuando sea necesario. Sin embargo, una desventaja es que los hornos eléctricos consumen mucha energía, lo que puede sobrecargar los sistemas eléctricos.
En general, los hornos de arco eléctrico se utilizan mucho en la fabricación de acero y pueden alcanzar temperaturas de hasta 1.800 grados Celsius en entornos industriales y de más de 3.000 grados Celsius en condiciones de laboratorio.
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