Las desventajas de los hornos de tratamiento térmico giran principalmente en torno a la falta de una atmósfera controlada, la especificidad de los tipos de hornos para diferentes procesos y la complejidad de ciertos diseños de hornos. Estos factores pueden comprometer la calidad de las piezas, provocar pérdidas económicas y poner en peligro la seguridad.
Falta de atmósfera controlada:
Una desventaja importante es la posibilidad de que se produzcan reacciones químicas en la superficie de la aleación metálica si la atmósfera dentro del horno no se controla adecuadamente. Esto puede ocurrir cuando la atmósfera protectora es insuficiente o está mal gestionada, lo que provoca oxidación u otras reacciones químicas perjudiciales. Estas reacciones pueden degradar la calidad de la superficie de las piezas, afectando a su rendimiento y pudiendo dar lugar a piezas rechazadas. Las implicaciones financieras son considerables, ya que se desperdicia el coste de los materiales y el procesamiento, y puede haber costes adicionales asociados al reprocesamiento o la sustitución de las piezas. Además, si los defectos no se detectan antes de que se utilicen las piezas, podrían plantear riesgos de seguridad en su aplicación, lo que tendría repercusiones adicionales.Especificidad de los tipos de hornos:
Los procesos de tratamiento térmico son muy específicos y requieren diferentes configuraciones de horno y parámetros operativos en función de la gama de temperaturas y el tipo de tratamiento (por ejemplo, temple, revenido). Por ejemplo, por debajo de 700 °C, la transferencia de calor se produce principalmente por conducción y convección, lo que requiere diseños de horno específicos, como los hornos de circulación forzada de aire. Esta especificidad significa que un solo horno no puede realizar eficazmente todos los tipos de tratamientos térmicos, lo que lleva a la necesidad de múltiples hornos especializados, lo que aumenta el gasto de capital y la complejidad operativa.
Complejidad de los diseños de hornos:
Ciertos tipos de hornos de tratamiento térmico, como los hornos endotérmicos de vacío, tienen estructuras complejas y altos requisitos de aislamiento eléctrico. Estos hornos requieren grandes volúmenes interiores y sistemas de bombeo de alta potencia para mantener el vacío, lo que aumenta su complejidad operativa y su coste. Además, la necesidad de fuentes de alimentación de baja tensión y alta corriente para garantizar la descarga del vacío y el aislamiento eléctrico complica aún más su funcionamiento y mantenimiento.