La temperatura y el tiempo de recocido dependen del material específico y de la finalidad del proceso de recocido.
Para la amplificación del ADN mediante PCR, la temperatura típica de recocido es 5 °C por debajo de la temperatura de fusión (Tm) del cebador más bajo, que suele estar entre 50 y 60 °C. El tiempo de recocido suele ser de 15 a 20 minutos. El tiempo de recocido suele ser de 15-30 segundos.
En el caso del acero, existen diferentes intervalos de temperatura para el recocido en función del resultado deseado. El recocido subcrítico, que no implica un cambio de la estructura cristalina, se produce a temperaturas comprendidas entre 538 °C y 649 °C / 1000 °F - 1200 °F. El recocido intermedio, que implica cierta transformación a austenita, se realiza a temperaturas entre 649°C - 760°C / 1200°F - 1400°F. El recocido completo, que austeniza completamente la pieza, se efectúa a temperaturas comprendidas entre 816°C - 927°C / 1500°F - 1700°F.
En algunos casos, las piezas pueden recocerse en vacío o en atmósfera reductora para conseguir un acabado superficial brillante. El recocido en aire se utiliza cuando el acabado superficial no es crítico, y puede utilizarse una atmósfera endotérmica/neutra para controlar la descarburación.
Para el recocido por difusión, cuyo objetivo es eliminar las inhomogeneidades de estructura o las diferencias de concentración en la pieza, se utilizan temperaturas muy elevadas, normalmente entre 1050 y 1250 °C, y la duración del recocido puede ser de hasta 50 horas. Este proceso se utiliza a menudo en uniones soldadas a base de níquel para aumentar su solidez y su resistencia a la corrosión.
El recocido de recristalización se realiza para transformar una estructura que se ha enderezado debido al conformado en frío y restaurar las propiedades originales del material. Las temperaturas del recocido de recristalización oscilan entre 450 y 600 °C para los aceros no aleados y entre 600 y 800 °C para los aceros de media y alta aleación.
En general, el recocido es un proceso de tratamiento térmico que consiste en calentar un material por encima de su temperatura de recristalización, mantener una temperatura adecuada durante un tiempo determinado y, a continuación, enfriarlo para alterar sus propiedades físicas y, en ocasiones, químicas. Los ciclos específicos de tiempo y temperatura utilizados dependen de la composición del material, su estado y los resultados deseados. El recocido puede utilizarse para aliviar tensiones internas, mejorar la maquinabilidad, facilitar el trabajo en frío, mejorar las propiedades mecánicas o eléctricas, aumentar la estabilidad de las dimensiones y producir una estructura interna más uniforme y homogénea.
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