Las precauciones de seguridad en el proceso de tratamiento térmico implican un control cuidadoso de las velocidades de calentamiento, la supervisión de las condiciones de vacío, la manipulación adecuada de los materiales y un mantenimiento riguroso de los equipos e instrumentos. Estas medidas son cruciales para evitar la deformación del material, garantizar un calentamiento uniforme, mantener la integridad de la atmósfera del horno y proteger a los trabajadores de posibles peligros.
Control de las velocidades de calentamiento:
La velocidad de calentamiento debe controlarse para evitar la expansión térmica rápida y la deformación de los materiales, especialmente durante las etapas de alta temperatura. Un calentamiento rápido puede provocar una expansión térmica desigual, causando tensiones importantes y posibles daños a los materiales tratados. Esto es especialmente crítico en el caso de materiales como el molibdeno, que pueden ser frágiles y propensos a la rotura si no se manipulan correctamente.Supervisión de las condiciones de vacío:
Antes de iniciar el proceso de calentamiento, es esencial comprobar la tasa de fuga de vacío y el grado de vacío final. Mantener un vacío adecuado es crucial, ya que evita la oxidación y otras reacciones superficiales que pueden degradar la calidad del material. Si el horno contiene sustancias volátiles, debe secarse para evitar cualquier reacción adversa durante el proceso de calentamiento.
Manipulación adecuada de los materiales:
Al retirar los productos del horno, hay que tener cuidado para evitar que caigan sobre superficies como las bandas de molibdeno, que pueden provocar roturas. Además, no debe permitirse que los productos que contienen elementos con puntos de fusión más bajos se volatilicen sobre los componentes del horno, ya que esto puede provocar una fusión gradual y daños. La manipulación debe realizarse con ambas manos o utilizando ayudas mecánicas para garantizar la estabilidad y evitar accidentes.Mantenimiento de equipos e instrumentos:
La comprobación y calibración periódicas de instrumentos como termopares, dispositivos de control de temperatura y durómetros son necesarias para garantizar lecturas precisas y el control del proceso de tratamiento térmico. Las lecturas inconsistentes pueden conducir a un tratamiento térmico inadecuado, afectando a la calidad y el rendimiento de los materiales. Por ejemplo, en los hornos de cinta de malla, la curva de temperatura debe comprobarse periódicamente para garantizar que la temperatura real del horno coincide con la temperatura indicada.
Control de la atmósfera y la temperatura: