La sinterización es un proceso de fabricación versátil que puede aplicarse a una amplia gama de materiales, como metales, cerámicas y polímeros. Este proceso implica la consolidación de materiales en polvo a altas temperaturas, lo que conduce a la formación de una masa sólida con las propiedades mecánicas deseadas.
Metales:
La sinterización se utiliza ampliamente en la producción de componentes metálicos. Se puede sinterizar una gran variedad de metales, como hierro, cobre, aceros al níquel, aceros inoxidables, aceros de baja aleación y alta resistencia, aceros de medio y alto contenido en carbono, latón, bronce y aleaciones magnéticas de hierro dulce. Estos metales suelen procesarse en forma de polvo, que luego se compacta y calienta para formar piezas sólidas. El proceso de sinterización puede controlarse para ajustar la microestructura, el tamaño de grano, la densidad y la porosidad del producto final, lo que es crucial para conseguir las propiedades mecánicas y físicas deseadas. Entre las aplicaciones más comunes de las piezas metálicas sinterizadas se encuentran los engranajes, las poleas, los filtros, los silenciadores y los cojinetes con carga de aceite.Cerámica:
La cerámica es otra clase de materiales que se sinterizan con frecuencia. El proceso es especialmente importante en la fabricación de cerámicas, con materiales como la circonia y la alúmina. La sinterización de cerámicas implica altas temperaturas y un control cuidadoso de la atmósfera de sinterización para evitar la oxidación y favorecer la densificación. Las piezas cerámicas sinterizadas suelen utilizarse en aplicaciones de alta temperatura, como engranajes y cojinetes, debido a su excelente estabilidad térmica y resistencia al desgaste.
Polímeros: