Los gases utilizados en el recocido incluyen principalmente nitrógeno, hidrógeno y argón, a menudo en combinación con hidrocarburos u otros gases para crear atmósferas específicas adecuadas para diferentes tipos de tratamientos de metales.
Nitrógeno y mezclas de nitrógeno e hidrocarburos:
El nitrógeno se utiliza a menudo en los procesos de recocido, aunque rara vez se emplea nitrógeno puro (100%) debido a su incapacidad para excluir eficazmente el aire (oxígeno). Para crear una atmósfera más adecuada, el nitrógeno suele mezclarse con pequeños porcentajes de gases hidrocarburos como metano, propano o propileno, o combinarse con metanol. Estas mezclas se controlan cuidadosamente y a menudo siguen recetas específicas para garantizar que se consiguen los efectos metalúrgicos deseados sin provocar oxidación u otras reacciones no deseadas.Hidrógeno:
El hidrógeno es otro gas clave utilizado en el recocido, especialmente para el recocido brillante y el tratamiento de acero inoxidable, aceros aleados y materiales no férricos. Suele utilizarse en forma seca, con una pureza del 98-99,9%. Cuando se combina con nitrógeno o argón, el hidrógeno ayuda a crear una atmósfera que evita la oxidación y favorece un acabado superficial limpio y brillante del metal. Esto es especialmente importante para materiales que requieren una alta calidad superficial, como el acero inoxidable.
Argón:
El argón se utiliza junto con el hidrógeno o como gas independiente en los procesos de recocido. Es un gas inerte que ayuda a mantener una atmósfera estable y no reactiva dentro del horno. Cuando se utiliza con hidrógeno, el argón contribuye al recocido brillante y al tratamiento de diversos aceros y materiales no férricos. Su función principal es evitar la oxidación y otras reacciones químicas que podrían degradar la superficie o las propiedades del metal.Gases exotérmicos purificados:
El gas exotérmico rico purificado, con bajos niveles de CO2, se utiliza para el recocido de ciclo corto de aceros de medio y alto contenido en carbono. Este gas tiene un alto contenido en monóxido de carbono (CO), lo que puede ser beneficioso en algunos procesos de recocido debido a su alto potencial de carbono. Sin embargo, para el recocido de ciclo largo, el alto contenido de CO puede provocar depósitos de hollín y otros efectos superficiales, por lo que es necesario utilizar gas exotérmico pobre purificado.