La importancia de incinerar la muestra radica en su capacidad para eliminar la materia orgánica y las sustancias volátiles, preparando así la muestra para su posterior análisis. La incineración es un paso crucial en la preparación de la muestra, ya que garantiza que la muestra esté limpia y libre de cualquier sustancia que pueda interferir en el proceso analítico.
Eliminación de materia orgánica y sustancias volátiles:
El calcinado consiste en calentar la muestra a una temperatura elevada, normalmente en presencia de oxígeno, para quemar completamente cualquier componente orgánico. Este proceso es esencial porque la materia orgánica puede interferir con varias técnicas analíticas, especialmente las que implican espectroscopia o análisis elemental. Al eliminar estos componentes, la muestra resulta más adecuada para realizar mediciones exactas y precisas.Preparación para análisis posteriores:
Tras la incineración, la muestra queda como un residuo de compuestos inorgánicos. Este residuo suele ser más apto para el análisis mediante técnicas como la fluorescencia de rayos X (XRF), la espectroscopia de absorción atómica (AAS) o los métodos de plasma acoplado inductivamente (ICP). La ausencia de materia orgánica garantiza que las señales analíticas no se vean enmascaradas o alteradas por la presencia de compuestos a base de carbono, aumentando así la sensibilidad y especificidad del análisis.
Reducción de interferencias:
Los materiales orgánicos pueden introducir interferencias significativas en las mediciones analíticas. Por ejemplo, pueden causar efectos de matriz que alteren la intensidad de las señales analíticas o dar lugar a la formación de compuestos que no sean representativos de la composición inorgánica de la muestra. Ashing elimina estas posibles fuentes de error, garantizando que los resultados analíticos sean fiables y reproducibles.
Mejora de la estabilidad de la muestra: