Los hornos de vacío funcionan en un entorno de baja presión y sin oxígeno.
Esto es crucial para procesos como la sinterización, el tratamiento térmico y las transformaciones metalúrgicas.
El horno está diseñado para calentar materiales a altas temperaturas manteniendo un sellado al vacío.
Esto impide que el aire u otros gases transfieran calor por convección y elimina posibles fuentes de contaminación.
7 puntos clave para entender el principio del horno de vacío
1. 1. Estructura y componentes
El horno de vacío consta de varios componentes clave.
Estos incluyen el cuerpo del horno, la unidad de vacío, el sistema hidráulico, el sistema de control y el sistema de enfriamiento.
El cuerpo del horno suele estar hecho de acero de alta resistencia.
Dispone de una camisa de agua de doble capa para controlar la temperatura.
La unidad de vacío, compuesta por una bomba de vacío, dispositivos de medición y válvulas, es esencial para mantener el entorno de baja presión dentro del horno.
2. Mecanismos de calentamiento
En el interior del horno se emplean diversos elementos de calentamiento.
Entre ellos se encuentran el calentamiento por resistencia, el calentamiento por inducción o el calentamiento por radiación.
Estos métodos de calentamiento garantizan una regulación precisa de la temperatura.
Esto es fundamental para la calidad y consistencia de los procesos que se llevan a cabo en el horno.
3. Procesos y aplicaciones
Los hornos de vacío son versátiles y pueden configurarse para procesos específicos.
Entre ellos se incluyen el temple en vacío, la soldadura fuerte, el recocido, la sinterización y la soldadura por difusión.
Cada tipo de horno se adapta para satisfacer los requisitos específicos de estos procesos, garantizando unos resultados óptimos.
Por ejemplo, los hornos de temple al vacío están diseñados para endurecer materiales mediante enfriamiento rápido.
Los hornos de soldadura fuerte al vacío facilitan la unión de metales sin fundir los materiales base.