Las atmósferas inertes se utilizan principalmente para evitar la contaminación, proteger contra incendios y explosiones y mantener la integridad de procesos o productos sensibles. Esto se consigue sustituyendo los gases reactivos, como el oxígeno y el dióxido de carbono, por gases no reactivos, como el nitrógeno o el argón.
Reducción del riesgo de contaminación:
Las atmósferas inertes son cruciales para evitar que los contaminantes transportados por el aire entren en un espacio y dañen potencialmente el producto. Esto es especialmente importante en aplicaciones como dispositivos médicos y microscopios electrónicos, que requieren atmósferas limpias para funcionar correctamente. En el contexto de la fusión de capas de polvo en ingeniería, una atmósfera inerte garantiza que las piezas metálicas no se contaminen con gases reactivos, preservando sus propiedades químicas y físicas.Protección contra incendios y explosiones:
Al sustituir los gases combustibles o reactivos por otros no reactivos, las atmósferas inertes reducen significativamente el riesgo de incendios y explosiones. Esta medida de seguridad es vital en entornos en los que podrían acumularse gases combustibles, dando lugar a situaciones peligrosas. Además, las atmósferas inertes ayudan a evitar la formación de gases explosivos, lo que aumenta la seguridad general.
Mantenimiento de la integridad en diversos entornos:
Al contrario de lo que suele pensarse, las atmósferas inertes no se limitan a entornos cerrados. También se utilizan en entornos abiertos como almacenes e instalaciones de almacenamiento para evitar la formación de sustancias químicas peligrosas o nocivas. Esta versatilidad subraya su importancia en diversas aplicaciones industriales y comerciales.Aplicaciones más allá de los entornos industriales: