Para incinerar una muestra, el proceso consiste en eliminar la materia orgánica y dejar los compuestos inorgánicos incombustibles. Esto se consigue normalmente mediante cenizas húmedas o cenizas secas.
Cenizas secas:
La incineración en seco es una técnica que utiliza un horno de mufla de alta temperatura, capaz de alcanzar temperaturas entre 500-600ºC. La muestra se calienta en presencia de aire, lo que provoca la vaporización del agua y los materiales volátiles y la combustión de la materia orgánica. Esto provoca la oxidación de los compuestos orgánicos, dejando sólo los residuos inorgánicos, que son las cenizas. Este método es útil para determinar la composición de una muestra en su estado seco y se utiliza habitualmente en química analítica para la preconcentración de sustancias traza antes de su posterior análisis.Ceniza húmeda:
Por el contrario, la incineración húmeda implica el uso de reactivos en fase líquida, como combinaciones de ácidos, para eliminar la materia orgánica de la muestra. Este método se discute con menos frecuencia en las referencias proporcionadas, pero es otro enfoque de la incineración que puede utilizarse dependiendo de los requisitos específicos del análisis.
Propósito de la incineración:
El contenido de cenizas de una muestra es una medida de la cantidad de material inorgánico no combustible que contiene. Los residuos, que suelen consistir en óxidos de elementos inorgánicos, son importantes para diversas técnicas analíticas como la cromatografía y la espectroscopia. La ceniza es crucial en el análisis proximal de materiales biológicos, ya que revela la presencia de importantes sales metálicas y minerales traza que son esenciales para los procesos biológicos y la formación de moléculas únicas como la clorofila y la hemoglobina.
Procedimiento de calcinación en seco: