Los hornos de fusión por inducción en vacío (VIM) funcionan mediante inducción electromagnética para fundir metal en un entorno de vacío. El núcleo del horno VIM es un crisol, normalmente revestido de material refractario, que está rodeado por una bobina de inducción. Esta configuración se aloja dentro de una cámara de vacío, lo que permite un control preciso del proceso de fusión.
Mecanismo de calentamiento:
El proceso de calentamiento en un horno VIM se inicia haciendo pasar una corriente eléctrica a través de la bobina de inducción, que está hecha de tubos de cobre de grado EC de alta pureza. Estos tubos están refrigerados por agua para gestionar el calor generado durante el funcionamiento. La corriente en la bobina genera un campo magnético que induce corrientes de Foucault en la carga metálica colocada en el interior del crisol. Estas corrientes de Foucault, a su vez, generan calor por resistencia, calentando eficazmente la carga metálica.Fusión y refinado:
Una vez que la carga metálica se calienta hasta su punto de fusión, se funde. El campo magnético creado por la bobina de inducción también ayuda a agitar el metal líquido, favoreciendo la uniformidad de la aleación y la temperatura. El entorno de vacío es crucial, ya que permite la eliminación de impurezas mediante reacciones químicas, disociación, flotación y volatilización. Este proceso es esencial para refinar el metal y conseguir la composición química deseada.
Control y ajuste:
La frecuencia de la corriente alterna suministrada a la bobina de inducción se ajusta en función del tamaño y la forma de la carga metálica, así como de su estado (sólido o líquido). Este control preciso de la frecuencia de alimentación garantiza un calentamiento y una fusión eficaces de la carga. Pueden añadirse cargas adicionales al crisol para alcanzar el volumen deseado de metal fundido. La química de la masa fundida se controla continuamente y se ajusta en condiciones de vacío hasta que se cumplen los requisitos precisos.
Aplicaciones y ventajas: