Las precauciones de seguridad durante el tratamiento térmico implican principalmente el mantenimiento de una atmósfera controlada, una ventilación adecuada, el control de la temperatura y el uso de equipos de protección individual (EPI). Estas medidas son cruciales para evitar la contaminación, garantizar un calentamiento uniforme, proteger contra quemaduras y fallos del horno, y mantener la seguridad general en el lugar de trabajo.
Atmósfera controlada y ventilación:
Los procesos de tratamiento térmico deben realizarse en un recipiente hermético bajo una atmósfera o vacío controlados para evitar reacciones superficiales como la oxidación o la descarburación. Este entorno controlado también ayuda a eliminar los contaminantes superficiales y a mantener la integridad de las aleaciones tratadas. Una ventilación adecuada es esencial, especialmente cuando se utilizan hornos en un laboratorio. Esto puede conseguirse colocando el horno en una campana extractora de humos o utilizando sistemas de ventilación de escape locales para gestionar cualquier gas peligroso que pueda liberarse debido a un mal funcionamiento de la unidad.Control de la temperatura:
El control de la temperatura es fundamental durante el tratamiento térmico. El sobrecalentamiento de los materiales o de sus recipientes puede provocar fallos en el horno o quemaduras graves. Se recomienda calentar los materiales a la temperatura más baja posible necesaria para el proceso a fin de mitigar estos riesgos. Además, el uso de circuitos de alimentación externos con control de temperatura que corten automáticamente la alimentación en caso de temperaturas elevadas puede aumentar la seguridad.
Equipos de protección individual (EPI):
Los operarios deben llevar un EPI adecuado, que incluya pantalones largos, zapatos cerrados, bata de laboratorio, gafas de seguridad y guantes térmicos o ignífugos en función de la temperatura del horno. Para garantizar la eficacia de los EPI, es esencial comprobarlos periódicamente para detectar posibles daños.Controles administrativos:
Los operadores de hornos deben recibir una formación específica sobre seguridad relacionada con el equipo que utilizan y leer detenidamente el manual del instrumento. También es importante consultar con los fabricantes y los investigadores principales para asegurarse de que los experimentos son adecuados para la unidad. Las inspecciones periódicas del horno para detectar cualquier defecto, el mantenimiento adecuado y la eliminación de las unidades obsoletas son controles administrativos cruciales.