Una atmósfera exotérmica es un entorno controlado utilizado en los procesos de tratamiento térmico de metales en los que las reacciones químicas que se producen generan calor. Este tipo de atmósfera es crucial para evitar la oxidación de la superficie durante el calentamiento de metales, especialmente el acero. Las atmósferas exotérmicas se caracterizan por su capacidad de producir calor a través de reacciones químicas sin necesidad de calentamiento externo de gas y aire.
Composición y tipos de atmósferas exotérmicas:
Las atmósferas exotérmicas para el calentamiento del acero son principalmente de dos tipos: exotérmica rica y exotérmica pobre. La atmósfera exotérmica rica tiene una composición nominal de 71,5% de nitrógeno (N2), 10,5% de monóxido de carbono (CO), 5% de dióxido de carbono (CO2), 12,5% de hidrógeno (H2) y 0,5% de metano (CH4). Esta composición suele utilizarse en procesos como el templado del acero, la soldadura fuerte del cobre y la plata, el recocido y la sinterización de metales en polvo. El potencial de carbono de la mezcla de gases en condiciones exotérmicas ricas es inferior al 0,10%, lo que resulta adecuado para aceros con bajo contenido en carbono para evitar la descarburación, un proceso que podría provocar una escasa resistencia al desgaste.
Por otro lado, la atmósfera exotérmica pobre tiene una composición de 86,8% de nitrógeno, 1,5% de monóxido de carbono, 10,5% de dióxido de carbono y 1,2% de hidrógeno. A diferencia de las atmósferas exotérmicas ricas, las atmósferas exotérmicas pobres no se utilizan en los procesos de tratamiento térmico. Se emplean cuando se requiere una oxidación superficial deliberada, como en el recocido del cobre y otras cargas de trabajo a baja temperatura.Aplicaciones e importancia:
El uso de atmósferas exotérmicas en el tratamiento térmico de metales es importante porque ayudan a mantener la integridad y las propiedades de las superficies metálicas. Al generar calor internamente mediante reacciones químicas, estas atmósferas reducen el riesgo de cambios químicos no deseados como la oxidación y la descarburación. Esto es especialmente importante en procesos en los que la calidad de la superficie y la composición química del metal son críticas, como en la fabricación de productos de acero de alta calidad.