El proceso de tratamiento térmico de las piezas de fundición consiste en calentar el material a una temperatura determinada, mantenerlo a esa temperatura durante un cierto tiempo y, a continuación, enfriarlo según los métodos prescritos. Este proceso se utiliza para refinar la microestructura del grano, mejorar la ductilidad, reducir la dureza y mejorar diversas propiedades físicas y mecánicas de las piezas fundidas.
Calentamiento a una temperatura determinada:
El primer paso en el proceso de tratamiento térmico es calentar la pieza fundida a una temperatura específica. Esta temperatura se determina en función de las propiedades del material y el resultado deseado del tratamiento. Por ejemplo, las temperaturas pueden alcanzar los 1.315C (2.400F) para determinados materiales. El proceso de calentamiento es crucial, ya que prepara el material para los pasos posteriores alterando su estructura interna.Mantener la temperatura durante el tiempo adecuado:
Una vez que la pieza de fundición alcanza la temperatura especificada, se mantiene a esa temperatura durante un tiempo predeterminado. Esta duración puede variar significativamente, desde unos pocos segundos hasta 60 horas o más, dependiendo del material y de los requisitos específicos del tratamiento. Mantener el material a alta temperatura permite que se produzcan los cambios químicos y físicos necesarios en la estructura del material, que son esenciales para conseguir las propiedades deseadas.
Enfriamiento según métodos prescritos:
Después de mantener el material a alta temperatura durante el tiempo necesario, se enfría. El método y la velocidad de enfriamiento son fundamentales, ya que influyen directamente en las propiedades finales de la pieza fundida. El enfriamiento puede ser lento o rápido, dependiendo del tipo de material y del resultado deseado. Por ejemplo, el enfriamiento lento, como en el recocido, ayuda a reducir la dureza y mejorar la maquinabilidad, mientras que el enfriamiento rápido, como en el temple, puede aumentar la dureza y la resistencia.Ventajas y aplicaciones:
El tratamiento térmico no siempre es necesario para las piezas fundidas, pero puede beneficiar enormemente a muchos materiales al mejorar sus propiedades físicas y mecánicas. Suele emplearse en industrias como la aeroespacial, donde los componentes deben soportar altas temperaturas y otras tensiones. El proceso puede aumentar la resistencia a la abrasión, mejorar la ductilidad para el mecanizado posterior y reducir las tensiones potenciales en las piezas fundidas.