Las temperaturas de soldadura suelen oscilar entre 500 °C y 1.200 °C. Este intervalo depende de los materiales que se unan y del metal de aportación utilizado. La temperatura se elige para que sea ligeramente superior al punto de fusión del metal de aportación. Esto garantiza que fluya y humedezca los metales base, creando una unión resistente.
¿A qué temperatura debe soldarse el material? (5 factores clave a tener en cuenta)
1. Gama de temperaturas de la soldadura fuerte
El intervalo general de temperatura para la soldadura fuerte oscila entre 500°C y 1200°C. Esta gama se elige para dar cabida a distintos tipos de materiales y metales de aportación. La temperatura específica dentro de esta gama viene determinada por el punto de fusión del metal de aportación y las propiedades térmicas de los materiales base.
2. Importancia de la selección de la temperatura
La temperatura debe ser lo suficientemente alta para fundir el metal de aportación, pero no tanto como para dañar los materiales base o hacer que pierdan sus propiedades mecánicas. Por ejemplo, al soldar acero inoxidable austenítico, las temperaturas deben evitar el intervalo de sensibilización (500-850°C) para impedir la precipitación de carburos de cromo, que pueden reducir la resistencia a la corrosión. Del mismo modo, para el acero inoxidable martensítico, la temperatura de soldadura fuerte debe coincidir con la temperatura de temple o ser inferior a la temperatura de revenido para evitar el reblandecimiento.
3. Enfriamiento y tratamientos posteriores a la soldadura fuerte
Una vez alcanzada la temperatura de soldadura fuerte, las piezas se dejan enfriar lentamente para minimizar las tensiones térmicas y la distorsión. El enfriamiento rápido, como el enfriamiento rápido con gas, se realiza normalmente después de que el metal de aportación se haya solidificado, que suele ser de unos 980°C (1800°F). Los tratamientos posteriores a la soldadura fuerte pueden incluir tratamientos térmicos adicionales, mecanizado o acabado superficial para mejorar las propiedades y el aspecto de la unión.
4. Condiciones óptimas de soldadura fuerte
Para conseguir la mejor unión por soldadura fuerte a menudo se requieren entornos controlados, como la soldadura fuerte en horno, que desplaza el oxígeno para crear las condiciones ideales para que el metal de aportación fluya y se adhiera a los metales base. La temperatura del horno se controla cuidadosamente para garantizar un calentamiento uniforme y evitar tensiones térmicas.
5. Temperatura mínima de soldadura fuerte
La temperatura mínima de soldadura fuerte suele ser al menos 25ºC (50ºF) superior a la temperatura de liquidus del metal de aportación. Esto garantiza que la aleación fundida sea reactiva y pueda rellenar eficazmente los huecos, especialmente en materiales finos o juntas grandes. El tiempo transcurrido a la temperatura de soldadura fuerte también es crítico, ya que garantiza que todas las partes de la unión alcancen la temperatura necesaria para una soldadura fuerte satisfactoria.
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