El efecto de la temperatura de sinterización de la zirconia es significativo, ya que influye en la densidad, resistencia, translucidez y estabilidad general del material. El control adecuado de la temperatura de sinterización es crucial para conseguir las propiedades deseadas en el óxido de circonio, especialmente en aplicaciones dentales.
Densidad y resistencia:
El óxido de circonio suele pasar de una estructura cristalina monoclínica a una politetragonal en torno a los 1.100 °C a 1.200 °C, lo que aumenta la densidad y resistencia de sus partículas. Sin embargo, la mayoría de los procesos de sinterización se producen a temperaturas cercanas a los 1.500°C para alcanzar una densidad teórica cercana a la máxima, que a menudo llega al 99%. Esta sinterización a alta temperatura es esencial para densificar la zirconia, haciéndola extremadamente dura y resistente. Los estudios indican que la cocción de la zirconia a aproximadamente 1500°C produce la máxima resistencia. Las desviaciones de esta temperatura, incluso de tan sólo 150 °C, pueden reducir significativamente la resistencia de la zirconia debido al crecimiento del grano. Por ejemplo, un estudio demostró que la resistencia disminuye de unos 1280 MPa a 1500 °C a unos 980 MPa a 1600 °C y sólo a unos 600 MPa a 1700 °C.Translucidez y estabilidad:
La translucidez de la zirconia también se ve afectada por la temperatura de sinterización. Las temperaturas más altas pueden provocar una disminución de la translucidez, lo que no es deseable en aplicaciones dentales en las que la estética es crucial. Además, las temperaturas excesivamente altas pueden provocar una disminución de la estabilidad y una transformación incontrolada del óxido de circonio, lo que puede causar fisuras. Por lo tanto, es fundamental respetar el perfil de temperatura de sinterización recomendado por el fabricante para mantener tanto las propiedades físicas como las cualidades estéticas de la zirconia.
Proceso de sinterización y control: