El oxígeno se utiliza en la soldadura fuerte principalmente para facilitar el proceso de calentamiento y crear una atmósfera controlada que evite la oxidación, mejorando así la calidad de la unión soldada.
Calentamiento y control de la atmósfera:
El oxígeno es crucial en el proceso de soldadura fuerte, ya que se utiliza en combinación con gases combustibles como el acetileno para generar las altas temperaturas necesarias para fundir el metal de aportación. Este proceso de oxicorte proporciona un control preciso del calentamiento, que es esencial para alcanzar la temperatura de soldadura correcta sin dañar el metal base.Prevención de la oxidación:
En la soldadura fuerte de metales reactivos como el aluminio, la presencia de oxígeno puede provocar la formación de una capa de óxido, que dificulta la humectación del metal base por el material de aportación. Por lo tanto, es vital controlar la atmósfera eliminando el oxígeno. Por ejemplo, en la soldadura fuerte en atmósfera controlada (CAB), el oxígeno se sustituye por una mezcla de hidrógeno y nitrógeno, creando un entorno en el que la oxidación se reduce al mínimo. Esto garantiza que el metal de aportación pueda fluir sin problemas y adherirse adecuadamente al metal base, dando como resultado una unión fuerte y duradera.
Uso en materiales y condiciones específicos:
La soldadura fuerte con oxígeno es especialmente útil para materiales difíciles de soldar, como ciertos tipos de hierro fundido, y en situaciones en las que las piezas no están sometidas a altas temperaturas o cargas. También es eficaz para reparar componentes en los que ha fallado la soldadura tradicional.Comparación con otros métodos: