La cementación en vacío es un proceso de tratamiento termoquímico que consiste en calentar las piezas de acero a altas temperaturas en un entorno de vacío y exponerlas a una atmósfera de cementación para aumentar la dureza superficial y la resistencia a la abrasión, manteniendo al mismo tiempo un núcleo maleable. Este proceso es una alternativa a la carburación tradicional con gas y ofrece varias ventajas, como el respeto por el medio ambiente y la reducción de la distorsión de los componentes.
Resumen del proceso:
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Calentamiento en un entorno de vacío: Las piezas de acero se colocan en un horno de vacío y se calientan a temperaturas que suelen oscilar entre 900 y 1000°C. Este entorno de vacío garantiza la limpieza y evita la contaminación, lo que es crucial para aplicaciones en industrias como la aeroespacial y la del automóvil.
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Introducción de gases de cementación: Una vez calentadas las piezas, se introduce en el horno un gas de cementación, a menudo acetileno (C2H2). La baja presión y el entorno controlado facilitan la descomposición del gas en carbono, que se difunde en la superficie del acero.
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Difusión del carbono: El carbono del gas se difunde en el acero, enriqueciendo la capa superficial con carbono. Este proceso es fundamental, ya que influye directamente en la dureza y la resistencia al desgaste del acero tratado.
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Tratamiento posterior: Tras el proceso de carburación, las piezas suelen someterse a temple y revenido para mejorar aún más sus propiedades mecánicas. Este paso garantiza que los componentes tratados puedan soportar grandes esfuerzos y el desgaste.
Ventajas de la cementación al vacío
- Respetuoso con el medio ambiente: A diferencia de los métodos tradicionales de cementación, la cementación al vacío no emite CO2, lo que la convierte en una opción más sostenible desde el punto de vista medioambiental.
- Distorsión reducida: El control preciso de la temperatura y el flujo de gas en un entorno de vacío conduce a una distorsión mínima de los componentes, lo que es beneficioso para mantener la precisión dimensional de las piezas.
- Mayor durabilidad: El proceso mejora significativamente la dureza y durabilidad del acero bajo en carbono, haciéndolo adecuado para aplicaciones de alto impacto y abrasivas.
Aplicaciones:
El carburizado al vacío se utiliza ampliamente en la producción de engranajes y componentes para industrias como la aeroespacial, ferroviaria y de automoción, donde la durabilidad y la resistencia al desgaste son fundamentales. La tecnología se ha perfeccionado desde su desarrollo inicial en la década de 1950 y ahora es un método estándar para mejorar las propiedades de los componentes de acero.