El método de síntesis más utilizado para la preparación de nanotubos es la deposición química en fase vapor (CVD). Este método se ha convertido en el proceso comercial dominante debido a su rentabilidad, control estructural e idoneidad para la producción a gran escala.
Deposición química en fase vapor (CVD):
El CVD es un proceso en el que gases que contienen carbono se descomponen a altas temperaturas, normalmente en presencia de un catalizador, para formar nanotubos de carbono. El catalizador desempeña un papel crucial a la hora de guiar el crecimiento de los nanotubos, lo que permite controlar su estructura y propiedades. El proceso implica tratamientos térmicos que facilitan la reordenación en fase gaseosa y la deposición del catalizador, que son esenciales para conseguir nanotubos de alta calidad.
- Ventajas del CVD:Controlabilidad estructural:
- El CVD permite controlar con precisión el diámetro, la longitud y la quiralidad de los nanotubos, lo que es fundamental para su aplicación en diversos campos como la electrónica, los materiales compuestos y el almacenamiento de energía.Rentabilidad:
- El método es relativamente barato y escalable, lo que lo hace ideal para aplicaciones industriales en las que se requieren grandes cantidades de nanotubos.Versatilidad:
El CVD puede utilizarse para producir una gran variedad de nanoestructuras, no sólo nanotubos de carbono, lo que aumenta su atractivo en el campo de la nanotecnología.Retos y avances del CVD:
A pesar de sus ventajas, el CVD se enfrenta a retos como la necesidad de temperaturas muy elevadas, que pueden ser difíciles de controlar y mantener. Además, preocupa el impacto medioambiental y el consumo de energía asociados al proceso. Se están realizando esfuerzos para optimizar los parámetros del proceso, como la temperatura, la concentración de la fuente de carbono y el tiempo de residencia, con el fin de mejorar la productividad y reducir el impacto medioambiental.
Tendencias emergentes en CVD: